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en la categoría Noticias, Otros
16.1.2017

¿Qué tienen en común el mando a distancia del televisor en la habitación de un hotel, el dispensador de jabón en el baño de un tren y el asidero de un autobús de traslado de pasajeros en un aeropuerto? El «legado» invisible y no deseado dejado por las manos de los usuarios precedentes, quienes tal vez hayan tosido cubriéndose la boca con la mano o hayan descendido por una escalera mecánica apoyando una mano en el pasamanos que tocan cientos y cientos de personas. Y todos ellos compiten en el concurso por el más alto grado de contaminación con microbios.
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Fuera de casa nos vemos enfrentados a situaciones de este tipo infinidad de veces. A pesar de que hoy somos más conscientes del peligro de «las manos como fuente de transmisión», no siempre podemos lavarnos las manos del modo necesario.
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Sin embargo, quienes en los inevitables medios de transporte «masivo», como autobuses o trenes, pueden usar un asidero fabricado por Happich o un mango de Friedmann Seating, no tienen de qué preocuparse. Ambos fabricantes utilizan en sus productos el acabado Sanitized®, cuyas propiedades antimicrobianas reducen enormemente la colonización de gérmenes y bacterias. Se interrumpe así eficazmente la cadena de transmisión.

Y hablando del contacto permanente con las manos: la tecnología Sanitized® beneficia también a los usuarios de celulares provistos de fundas de Volo, las cuales ofrecen una protección antimicrobiana complementaria.