Home
en la categoría Noticias, Ropa y calzado
23.5.2016

Las personas que usan calzado profesional o botas de goma lo sufren en carne propia: el desagradable sudor en los pies. Peor aún: los zapatos que huelen no nos hacen precisamente más atractivos, y ningún remedio casero logra eliminar definitivamente el mal olor. Las medidas profilácticas, como el uso de calcetines de algodón transpirables u otros recursos complementarios, como los desodorantes de pies en aerosol o en polvo, tampoco aportan soluciones de efecto duradero. Porque el mal olor no es causado por nuestra transpiración, sino por las bacterias. Estas descomponen la urea, las proteínas o el ácido láctico contenidos en el sudor liberando ácido butírico, cuyo olor penetrante es sumamente desagradable para nuestro olfato. Y una vez que el calzado huele, incluso lavándolo o ventilándolo con frecuencia, el tufillo vuelve a aparecer tras unos pocos días de uso.

Por ello, lo importante no es combatir los síntomas, sino atacar de raíz las causas: puede evitarse el olor a transpiración controlando la proliferación de bacterias en las plantillas o en el zapato. De ello se encarga la función higiénica Sanitized® que puede integrarse en tejidos y plásticos, es decir en prácticamente todos los componentes de un calzado. Este tratamiento impide la proliferación de bacterias de forma segura y duradera, evitando así la formación de olores desagradables.